Expansión del Edge Computing
La llegada del 5G ha mejorado sustancialmente las prestaciones de la conectividad móvil permitiendo hasta 20 Gbps de transferencia de datos, muy bajas latencias de entre 1 y 10 ms, y un mayor número de dispositivos conectados (> 1 millón por km2). Asistimos a la consolidación de la transformación digital que impulsa el crecimiento de los servicios y aplicaciones digitales tales como la Industria 4.0, IoT, comunicación vehicular (V2X), computación en la nube, asistencia médica remota, realidad aumentada, etc.
A medida que este tipo de aplicaciones se extiende, también lo hace el Edge Computing, orientado a optimizar la capacidad de procesamiento y transferencia del gran volumen de datos producido y recopilado. Se demanda así una actualización de los datacenters y de su infraestructura, evolucionando hacia una computación distribuida, o lo que es lo mismo: fraccionar los datacenters en varios nodos más pequeños, distribuyéndolos geográficamente pero permitiendo acercar tanto la computación como el almacenamiento al usuario para lograr una mayor flexibilidad, seguridad en la comunicación, pero sobre todo ofreciendo unas latencias y tiempos de respuesta mucho menores.
La expansión del Edge Computing presenta el reto de descentralizar la infraestructura de los datacenters, donde será clave la eficiente interconexión entre ellos.
La distribución de los datacenters y la necesidad del garantizar una alta disponibilidad entre ellos manteniendo las prestaciones anteriormente descritas, hará más compleja la administración de los mismos y es en este punto en el que la conectividad entre ellos se vuelve clave: serán necesarias velocidades de interconexión muy altas del orden de 25, 40, 100 e incluso 400 Gbps a través de troncales de cable de fibra óptica.
Las prospecciones tecnológicas en torno a la migración hacia tasas tan altas de transferencia de datos no están cerradas y evolucionan rápidamente a través de estándares (también en constante evolución) considerando una amplia gama de decisiones que van desde el tipo de fibra óptica a emplear (donde las soluciones MPO/MTP se posicionan como la mejor opción) hasta los esquemas de modulación, que serán clave en la definición de los datacenters de próxima generación.
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